Los errores más comunes que cometemos al ponernos propósitos de año nuevo

Los errores más comunes que cometemos al ponernos propósitos de año nuevo son:

Error # 1: Nos ponemos metas basadas en algo que queremos erradicar o evitar y este es un lugar vibracionalmente defensivo, al hacer esto, estamos mas concentrados mas en lo que NO QUEREMOS, que en lo que SI QUEREMOS, esto es un poco truculento porque con palabras expresamos una cosa y con nuestras vibraciones estamos solicitando otra cosa totalmente diferente.

Error # 2: Los propósitos de año nuevo que escogemos son siempre los mismos, basados precisamente en lo que no salió bien durante el año que termina y desde un punto de vista consciente de que no hemos podido lograrlo con anterioridad. Así que formulamos nuestros propósitos de año nuevo desde la escala baja de las emociones (decepción, debilidad, carencia, miedo, incredulidad, necesidad de supervivencia, etcétera.)

Error # 3: Planeamos alcanzar nuestras metas con acciones y haciendo un análisis de los pasos que tendremos que tomar, la cantidad de esfuerzo que nos llevará, la dificultad de la tarea, las probabilidades de fallo y todo esto nos deja cansados y sintiéndonos impotentes desde un principio, no es de extrañar que cuando queramos tomar acción ya estamos demasiado desanimados e inclusive llenos de inseguridades por la tarea que se nos avecina.

Error # 4: Creemos que vamos a tener que hacerlo todo nosotros solos, sin ayuda del universo y sin tomar en cuenta las sincronicidades o señales de nuestra guía interior.

Error # 5: Hacemos nuestras metas demasiado específicas y este enfoque cierra otras posibilidades o avenidas en que el universo podría entregarnos nuestros deseos.

Error # 6: Pedimos muy poco, no nos atrevemos a soñar en grande, seguimos dentro de nuestra zona de comodidad, conformándonos con lo que salga y nos ponemos metas muy insignificantes como bajar de peso, tener mas amigos y cosas que no requieran que sea necesario probar métodos diferentes ó estirar nuestros límites dentro de los cuales hemos estado encasillados.

El antiguo método de los propósitos de año nuevo no funciona porque está construido bajo el viejo paradigma -- que somos víctimas de las circunstancias en lugar de creadores de nuestra propia realidad-- en ese viejo paradigma creemos estar solos y nos sentimos impotentes para cambiar.

Y en ese paradigma también creemos que nuestra vida cambiará algún día si Dios (la imagen que tenemos de un Dios egoísta) quiere o si nuestra familia quiere, o si el gobierno se porta bien, o si no hay cambios políticos, y que si todo sale bien entonces podremos lograr nuestros objetivos. Pero si alguna de estas fuerzas externas se interpone entonces ya se arruinó la cosa.